El Historia, Es Actual

El Pasado se ve reflejado con una mirada crítica en nuestro presente.


Las crónicas han sido desarrolladas en nuestro programa radial QSVT en FM Abril, Rosario.

La Historia Infame a través del Tango


El Tango hecho relato de la Historia comienza con un “Te acordás hermano…” escrito en 1926 donde al parecer ya las drogas habían recalado en Buenos Aires.
Han comenzado los albores de la «mishiadura» que se agudizarán en los años 30’ . Se trata de «¿Qué vachaché?», estrenado en un teatro de Montevideo en 1926 ante un público que no lo entendió...o no quiso entenderlo.
Así desenmascaraba Discépolo el cinismo de una sociedad hipócrita como sus dirigentes. y se van dando las condiciones que aprovecharán los sectores pro-fascistas para derrocar al viejo líder del radicalismo, que ya avejentado y enfermo, no podrá completar su mandato.

Gardel amenizó asiduamente las reuniones de los comités de Alberto Barceló, caudillo conservador e intendente de Avellaneda, y se ganó la inquina de los radicales yrigoyenistas cuando interpretó el tango "¡Viva la patria!" de Francisco García Jiménez (radical antipersonalista), en el que se hace la apología del golpe del General Uriburu, el 6 de septiembre de 1930 .

En 1931, Discépolo estrena su sainete lírico «Caramelos surtidos». Allí, Tito Lusiardo canta el tango «¿Qué sapa, Señor?», que anticipa en su temática al futuro «Cambalache».
Pero en «¿Qué sapa, Señor?» el autor todavía interroga, con cierta incredulidad, ante el desastroso panorama de la sociedad. Todavía tiene capacidad de asombro. En el otro, ya no duda. Está convencido de que «el mundo fue y será una porquería».

Cae Uriburu y asume Justo. El fraude patriótico es el nuevo emblema. La crisis economica crece y la "mishiadura" fue descripta festivamente en 1932 por Enrique Cadícamo. Cadícamo, no incursionó habitualmente en los temas sociales o políticos, pero cuando lo hizo, dejó una obra «Al mundo le falta un tornillo» que son de esas que perduran en la memoria popular.
El tema del suicidio -concretado, frustrado o simplemente meditado- fue abordado en el tango, fundamentalmente por Enrique Santos Discépolo en "Tres esperanzas. Discépolo comenzó a escribir esos versos en 1932, año en que se batió el record de suicidios en la Capital Federal.
Es la década infame, pródiga en suicidas de nota: Leopoldo Lugones (18.2.38), Alfonsina Storni (24.2.38), Lisandro de la Torre (6.1.39) Florencio Parravicini (25.3.41) y Horacio Quiroga (19.2.37) . Esas muertes respondieron a causas personales o al clima amoral y de asfixia social y económica de esa época de infamia, corrupción y "mishiadura".

Y para refrendar que la crisis era en serio, en 1933, Canaro grabó su famosa ranchera «¿Dónde hay un mango?»

Hoy todos esos tangos perduran en el cancionero popular 85 años despues. Y si de algo se nutren es de la realidad que sigue dandoles vigencia.

Por ello, hace unos días, nuestra Presidenta, en uno de sus discursos reclamó sobre la necesidad de ver las cosas no "con sentimiento de tango triste". Son estos tangos no una mirada, sino una critica poética que plasma la realidad en una canción. Y sería bueno que así se tomara y tratara de no negarse esa verdad.


Pero como siempre decimos…. esa, esa es otra Historia.


APA. 8 de Octubre de 2008

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