El Historia, Es Actual

El Pasado se ve reflejado con una mirada crítica en nuestro presente.


Las crónicas han sido desarrolladas en nuestro programa radial QSVT en FM Abril, Rosario.

LA CRISIS DEL TREINTA. TANGOS, VILLAS Y SAQUEOS

Los primeros años de la década de 1930 fueron duros para los sectores populares en particular. Las consecuencias para la Argentina de la crisis mundial de 1929, sumadas a los problemas que evidenciaba el modelo agrario exportador para la misma época, provocaron un fuerte aumento de la desocupación rural y urbana.
Contingentes de trabajadores sin trabajo numéricamente significativos se trasladaron desde la provincias del interior hacia los centros urbano-industriales como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Santa Fe, que concurrían a generar un amplio sector de desocupados que buscaban incesantemente trabajo.

Asi naciá el tango YIRA, YIRA, de Discépolo, estrenado en diciembre de 1930
Cuando no tengas ni fe/ ni yerba de ayer/ secándose al sol,/ cuando rajés los tamangos/ buscando ese mango/ que te haga morfar...” “Cuando estén secas las pilas/ de todos los timbres/ que vos apretás/ buscando un pecho fraterno/ para morir abrazao/ cuando te dejen tirao/ después de cinchar/ lo mismo que a mí/ y los que están a tu lao/ se prueban la ropa/ que vas a dejar...”

En el censo de 1932 se contabilizaron 333.997 personas sin trabajo; un 44% del total eran trabajadores agrícolas y jornaleros sin especificación de tareas y un 37% obreros industriales y del transporte. En Buenos Aires, en el paraje indicado por Avenida Costanera, Avenida Scalabrini Ortiz y Avenida Sarmiento, se instaló entonces ( fines de 1932) el tristemente famoso campamento de desocupados que, irónicamente, dieron en llamar Villa Esperanza:.
Era una inmensa aglomeración de algo que no podríamos llamar, como hoy, ‘villas miserias’, ni ranchos, ni ninguna forma de vivienda por humilde que fuera. Eran una especie de tabucos, unas chozas misérrimas, que se extendían por cuadras y cuadras. La villa albergaba en su mayoría a hombres jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 25 y los 45 años. Era un dramático y diverso mundillo de obreros, empleados, obreros especializados, de nuestro interior y la propia capital y de diversas partes del mundo; estos últimos eran mayoría.
En 1933, una cantidad de desocupados de la Villa Esperanza, en banda, armados de revólveres, hierros, palos, cascotes, piedras y otros instrumentos, sorpresivamente asaltaron al grito de “¡queremos comer!” una de las sucursales de las "Grandes Despensas Argentinas”.

Este asalto al almacén puede ser interpretado como el primer antecedente de explosión social o lo que posteriormente en la década del ochenta se dió en llamar la toma de supermercados.

Por ese entonces se estrena el tango “PAN”, de Celedonio Flores:
“¿Trabajar? ¿Adonde? ¿Extender la mano/ pidiendo al que pasa, limosna? ¿ Por qué?/ ¿Recibir la afrenta de un “Perdón, hermano”/ él, que es fuerte y tiene valor y altivez?/ Se durmieron todos, cachó la barreta,/ ¡Si Jesús no ayuda, que ayude Satán!/ Un vidrio, unos gritos, auxilio, carreras.../ ¡un hombre que llora y un cacho de pan!”.

Hoy, 75 años despues, la nueva debacle financiera pretende que los obreros y campesinos paguen la crisis. Despidos en ciernes y amenazas de Industriales de la UIA siguen el mismo camino hacia la desocupación y el control de los reclamos populares, con un Gobierno que solo intenta medidas monetaristas de contingencia.

Pero como siempre decimos…esa, esa es otra Historia.

APA. 26 de Setiembre de 2009