El Historia, Es Actual

El Pasado se ve reflejado con una mirada crítica en nuestro presente.


Las crónicas han sido desarrolladas en nuestro programa radial QSVT en FM Abril, Rosario.

Ni Tato lo hubiera Imaginado!. Cuatro Historias del Diciembre de 2001

De La Rúa: Del sushi a las Pastilla y Champagne.
La noche anterior a su renuncia, De la Rúa era un fantasma. Después de pasar momentos de incertidumbre sobre su propia seguridad y la de su familia, se fue a dormir. El gobierno se caía a pedazos y sólo algunos pocos intentaban sostenerlo. Uno de ellos era el máximo operador de la UCR, Enrique Nosiglia, quien había pasado la tarde y la noche reunido con los jefes del peronismo tratando de llegar a algún tipo de tregua. Nosiglia terminó esas reuniones y fue de inmediato a Olivos. “Despertá al viejo. Tengo que contarles las novedades”, le pidió a Antonio de la Rúa. El hijo presidencial se sumergió en la habitación del presidente y después de un tiempo volvió sin respuesta: “Es imposible. No se despierta. Se debe haber tomado alguna pastilla”. Nosiglia soltó un suspiro antes de lanzar una sentencia entre irónica y triste: “Entonces abrí un champagne. El gobierno se terminó”.

Duhalde: Lo consulto con Chice y vuelvo.

Desde la mañana del 20 de diciembre la clase política sabía que Fernando de la Rúa iba a renunciar ese día. El dirigente bonaerense lo expresó a su modo en una reunión que se hizo en el despacho del senador Jorge Yoma. “Eduardo, tenés que asumir la Presidencia”, le dijo Carlos Ruckauf a Duhalde. El bonaerense estaba muy nervioso y se puso peor cuando escuchó esa frase. Fue entonces cuando se tomó los codos con las manos, y mientras se movía de un lado para el otro repetía: “No puedo, no puedo, no puedo, le tengo que preguntar a Chiche”. Al poco tiempo confirmó lo que sus aliados temían: después de hablar con su esposa, dijo que no.

Scioli: Del turismo a la vicepresidencia.

El 20 de diciembre, en un salón del Senado, los jefes del peronismo decidieron que Adolfo Rodríguez Saá iba a asumir en lugar de De la Rúa, tras un breve ínterin de Ramón Puerta . Adolfo salió triunfal del despacho del Congreso, donde fue “designado” presidente. De inmediato se topó con un dirigente muy entusiasta. Era Daniel Scioli: “Adolfo, ¿qué tal? Soy Daniel Scioli, quería decirte que podés contar conmigo para lo que necesites”, lo saludó el ex motonauta, que nunca había desempeñado un cargo ejecutivo. Rodríguez Saá estaba exultante: “¿En serio puedo contar con vos? ¿Y qué te gustaría hacer?”. Scioli no dudó: “Siempre me interesaron el turismo y el deporte”. El flamante presidente encontró la excusa perfecta para hacer su primer nombramiento en el Gabinete, a pesar de que se encontraba en un pasillo del Senado: “Listo, entonces, quedás formalmente nombrado nuevo secretario de Turismo y Deportes”. Scioli no lo podía creer. Tras la renuncia de Saá, Scioli continuó en esa secretaría, con la que recorrió todo el país durante la gestión de Duhalde, y desde la cual saltó a ser candidato a vicepresidente de Néstor Kirchner.

Camaño: Si no asume, lo meto preso.
Casualmente, un día como hoy, el 30 de diciembre, hace 7 años, Adolfo Rodríguez Saá anunció su renuncia a la Presidencia dando un discurso por tevé desde San Luis. El vacío de poder era total. Renunciado el puntano, y también el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta, quien debía asumir en el Ejecutivo era el titular del Congreso, Eduardo Camaño. Pero Rodríguez Saá tardó varias horas en enviar su renuncia a la Asamblea Legislativa. Durante varias horas, entonces, la Argentina no tuvo presidente. Mientras Camaño esperaba en su despacho del Congreso que Saá enviara su renuncia por escrito, recibió un llamado de la jueza electoral, María Servini de Cubría, que le dijo que tenía que asumir la Presidencia lo antes posible. Camaño le explicó a la magistrada que no podía hacerlo hasta que no se cumplieran todos los pasos legales, y entonces Servini se exaltó: “¡Si no asume voy a tener que meterlo preso!”, le avisó.. Un par de horas después, Rodríguez Saá envió su renuncia por fax. Así asumió Camaño su mandato de un día.

Siete años han pasado, y las crónicas siguen revelándose como una bofetada a los Argentinos.
Y estas anecdotas, estarán en los libros de Historia para el asombro de las próximas generaciones.

Estamos hoy preparados para que otras nuevas caricaturas de la política no nos rebalsen desde el desparpajo del poder?.




Pero como siempre decimos, esa, esa es otra Historia….y está por construirse, agregamos hoy…

De nostros depende…Feliz 2009!.

APA. 30 de Diciembre de 2008