El país vivía al borde del abismo, abrumado por una deuda externa que no podía pagar. La deuda externa alcanzaba los 3800 millones de dólares, de los cuales casi la mitad vencía en los siguientes 24 meses. Los depósitos en dólares llegaban a 200 millones, pero los bancos no estaban en condiciones de devolverlos.
Entonces, el gobierno adoptó una decisión drástica: pesificar los depósitos en dólares de los ahorristas.Los ahorristas se sintieron estafados. Por decreto, el gobierno decidió que la devolución se haría en pesos, al tipo de cambio vigente en el mercado libre. Los ahorristas tenían un mes de plazo para liquidar sus dólares.
El presidente del Banco Central, justificó la medida argumentando que los ahorristas, en realidad, nunca habían depositado dólares: Decía: "Cuando presenté el problema al equipo económico y expliqué la situación, los depósitos en moneda extranjera no eran tales depósitos en moneda extranjera. La gente los había constituido con pesos argentinos contabilizándolos en los libros de los bancos en moneda extranjera. No nos engañemos: no eran dólares que habían entrado y estaban depositados",
Durante algunos días, "los altibajos de las cotizaciones fueron seguidos por una abigarrada concurrencia, que por momentos obstruyó el tránsito por las calles de la city porteña", según un relato de la época. Pero después los ahorristas se calmaron.
El secretario del Tesoro dijo por entonces: "La deuda era más que nada con gobiernos extranjeros, por lo que había que tratar con el Club de Paris. Así ocurrió y así llegamos a un arreglo: pagamos el 40 por ciento y financiamos el resto de la Deuda".
Esta es la Historia de la primera pesificacion en la Argentina. Entonces corría el año 1964. Arturo Illia era el presidente; Eugenio Blanco, el ministro de Economía, Félix Gilberto Elizalde, el presidente del Banco Central y el peronismo estaba proscripto.
Esa vez, se podría decir que la historia de la pesificación terminó bien. Durante el gobierno de Illia la economía creció a un ritmo de casi un 10 por ciento anual. La recaudación impositiva aumentó un 52 por ciento en términos reales en 1965 y un 34 al año siguiente. Se abrieron los mercados de Rusia y China para la exportación de granos. La inflación cayó del 40 por ciento en 1963 al 6 en 1966… pero el golpe de Onganía estaba en marcha.
En el 2002, asombrosamente o no tanto, recordándonos que, quién no reconoce la Historia, va a repetir los mismos errores, un nuevo proceso de pesificación ocurría en la Argentina que le dió blindaje durante dos años al gobierno ilegítimo de Duhalde. Pero la presencia del pueblo en la calle, permitió que la salida no fuera otro nuevo golpe de estado como el de Ongania en 1966, sino que la movilización popular con martires como Costequi y Santillán precipitara las elecciones y se entregara el poder a un Gobierno elegido por el pueblo.
Pero como siempre decimos…esa, esa es otra Historia
APA: 7 de Abril de 2009.
